La Carcel Prematura (no somos invisibles - somos transparentes)

¿Cuánto tiempo pasó desde el primer momento en que me di cuenta de que mis padres me estaban ahogando, bombardeando mis momentos de creatividad e inocente diversión con sus rigidas y protocolares órdenes, a  veces expuestas en una especie de discurso político, intentando converncerme de su “sabiduría”, su “experiencia”, su diferencia de edad; su posición de opresores y asesinos de la niñez, contaminándola con palabras y actitudes de dudosa procedencia?
No lo se exactamente, pero bastante.
¿Qué mierda tengo que hacer para que no me caguen mas a pedos?
Portazo, pum. Adentro. Cárcel.
Ahí caí.


Me recuerdo hace casi 20 años atrás, solo en un rincón, al lado de la puerta del baño, casi rozando la maceta de plástico con mis rodillas, las que abrazaba fuerte con mis brazos, que funcionaron como apoyo para esconder la cabeza entre mis piernas. Esa cabeza confundida, dudaba.
Los castigos de mis viejos eran comunes y ya estaban haciendo efecto trayéndome sentimientos de culpa y ganas de no poder parar de llorar la que me forzaba el remordimiento.
No fue a propósito… callate! no te aguanto más! tomatela! Anda a tu pieza!
Claro que hoy me siento ya liberado en mis acciones y decisiones, la relación con mamá es buena, papá ya no está… pero yo no me olvido de nada. Yo tragué todo sin masticar.
Como aquel dia, saliendo de colegio, mis padres estaban separadxs hacia poco. Yo vivía con mamá, mi hermana creo que se había ido de casa.
Ese dia tenia que salir y caminar derecho a lo de la abuela, sin atajos; pero mi viejo estaba ahí en la puerta con el auto en marcha y un alfajor en la mano. Me puse contento, estaba cagado de hambre. Dimos unas vuetas, me preguntó como me había ido, como estaba y contesté. Me llevó a lo de la abuela y listo. ¿Fin de la historia? No…
A los pocos días, durante el viaje a casa en el auto de mamá, su pareja -con tono amenazante y fastidioso- le pregunta: ¿dijo algo? ¿y? ¿habló? ¿eh? ¿no?
Ese dia no estaba solo papá, el auto en marcha y el alfajor… estaban mamá y su pareja mirando.
¿Me habían ido a buscar? ¿estaban vigilando? ¿a quien? ¿a mi o a mi viejo? ¿querian asegurarse de que nadie viole las reglas de visita y regreso a casa?
Mientras pauso para poner la pava a calentar, pienso y me pregunto: ¿Por qué viniste papá? ¿Por qué me castigaste un mes mamá, sin dejarme a salir a jugar?
¿Por qué siempre somos lxs niñxs lxs que pagamos los errores y las broncas de lxs adultxs? Quizas porque son cobardes y no saben hacerse cargo de sus decisiones sin involucrar a tercerxs inocentes o quizás porque son farandulerxs y quieren hacer alarde de conflicto, demostrando que no se comen ninguna y tienen razón; quizás si, quizás no; como sea.
En esta guerra, como en cualquier otra, hay heridxs; hay victimas; hay rehenes.
El mate está listo y se me viene a la cabeza ese mundo adulto que de muchas maneras violenta a sus hijxs: lxs retan, ignoran sus preguntas y/o las responden de mala manera, lxs tironean, lxs empujan, les gritan; minimizan sus preocupaciones; lxs asustan con boludeces que no existen; lxs usan.
¿Serán una molestia en sus cómodas y sumisas vidas? ¿son un estorbo? ¿son?
La infancia es la etapa en la que más cosas absorvemos, es esa etapa en que la respuesta o la explicación de quien nos acompaña, de quien nos guía, es clave, es inminente para nosotrxs. Y la maternidad, la paternidad, encarada desde el ángulo que sea, va a repercutir directamente en el niño o la niña.
Tod@ niñx sensible sabrá de que estamos hablando, todx aquel que apoya la autonomía y hace de la liberación individual para la liberación de lxs demás, el norte de su vida, sabe de lo que estamos hablando.
Recuerdo, ya con el mate frío y mi postura un poco comprometida, a Orión, ese niño increíble que conocí por medio de un compañero de la resistencia contracultural, Emi de Metanoia Ediciones. El compaginó dibujos y relatos de sueños de Orión, cada uno con su explicación, interpretación, su mirada y sus hipótesis acerca de como lxs adultxs hacen bobxs a lxs niñxs. Si amiguito, la verdad sale de la boca de lxs niñxs, siempre y cuando no se los oprima con historia falsas, no se les tape la boca ni se les intente callar o hacer reflexionar con castigos extendidos.
La verdad va a seguir saliendo de nuestras entrañas. Nuestra verdad, la llama que prende toda intención adulta, vertical y derecha de aplicarnos cárcel prematura.


J.M.

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